¿Qué cree que es lo más importante para el futuro de su empresa? Probablemente el concepto del que más se habla actualmente sea la transformación digital. Pero la transformación digital, incluido el crecimiento a través de nuevos productos y servicios digitales, no puede producirse si falta un ingrediente clave: la agilidad organizacional. Es decir, la capacidad de reaccionar de forma rápida y eficaz a lo que está ocurriendo en el mercado, a la vez que se sigue fomentando la innovación en toda la empresa.
Nadie puede predecir el futuro ni los cambios radicales que pueden surgir en su sector. Por esa razón, para la supervivencia a largo plazo de cualquier empresa, lo más importante es la capacidad de gestionar los imprevistos.
Dada la relevancia actual de esta cuestión, llevamos a cabo un estudio global sobre la agilidad organizacional como clave del crecimiento digital, en el que participaron 998 líderes empresariales de varios sectores. Nuestro propósito era identificar el modo en que las empresas crean (o no) nuevos productos y servicios digitales, obtienen nuevas fuentes de ingresos y desarrollan modelos de negocio que los sustenten; y así entender cómo se había usado la agilidad organizacional para estimular el crecimiento digital en los casos más exitosos.
Identificamos cinco comportamientos clave que son determinantes para la agilidad organizacional y agrupamos a los encuestados según su nivel de adopción de esos comportamientos. Los "líderes" (un 15 % de los encuestados) destacaron en los cinco comportamientos, mientras que los "aspirantes" (un 30 % de los encuestados) solo destacaron en cuatro de ellos y los "rezagados" (un 55 %) en tres o menos comportamientos.
Los cinco comportamientos necesarios para la agilidad organizacional son:
Una empresa no puede esperar 12 meses para descubrir si un producto o un servicio es rentable o si alcanza su cuota de mercado. Se requieren ciclos de planificación rápidos y continuos, especialmente en las áreas del negocio que más dependen de los ingresos derivados de las iniciativas digitales. El estudio reveló que la planificación dinámica ayuda a reaccionar con rapidez a las condiciones cambiantes del mercado y a posibles amenazas para la empresa.
Descubrimos que los principales obstáculos para la planificación en tiempo real son las tecnologías legacy inflexibles (que los "líderes" citaron repetidamente como obstáculo principal) y la cultura burocrática (citada sobre todo por los "rezagados").
Los cambios en los planes de negocio suelen comportar cambios en las estructuras de la empresa o en sus procesos de gestión, o incluso la creación de estructuras y procesos completamente nuevos. Las empresas que demuestran agilidad organizacional son capaces de ajustar enseguida sus dos activos más importantes —el personal y el dinero— para cumplir con los requisitos organizativos.
El estudió reveló que, para adaptarse a planes de negocio cambiantes, los "líderes" crean estructuras y procesos flexibles entre los que se incluye la implementación de sistemas que ayuden a entender las carencias de competencias en su empresa, cosa que no hacen los "rezagados". Una vez más, la tecnología inflexible y la cultura burocrática impiden la creación de estructuras y procesos ágiles.
Muchas empresas han descubierto que una gran parte de sus ingresos recientes está directamente relacionada con áreas de competencia que ni siquiera existían hace cinco años. Las habilidades cambian constantemente: surgen nuevas y algunas que ya existían quedan desfasadas. Las empresas tienen que ayudar a sus empleados a desarrollar nuevas competencias que respalden y generen nuevas fuentes de ingresos digitales.
En nuestro estudio, los "líderes" resultaron estar cuatro veces más dispuestos que los "rezagados" a planificar la capacitación de al menos un 75 % de su plantilla, con el fin de cumplir los requisitos de talento en el entorno laboral futuro. Más de las tres cuartas partes de los encuestados admitieron que, para retener al talento, sus empresas necesitan un enfoque más fluido a la hora de desarrollar y asignar a su personal.
En última instancia, los empleados son quienes impulsan la buena ejecución de los planes de negocios, incluidos los digitales, que son el objeto de nuestro estudio. Los empleados necesitan disponer de la información adecuada, en el momento preciso, para tomar las mejores decisiones posibles para la empresa.
Los datos tienen una importancia clave para permitir acercar la toma de decisiones al cliente: los "rezagados" afirmaron que la información desfasada y los equipos aislados están entre los principales impedimentos para la democratización de la toma de decisiones. Un 80 % de los "líderes" dijo que todos los empleados tienen acceso a datos oportunos y relevantes, sin que nadie les bloquee el acceso a esa información. En el caso de los "rezagados" esa libertad de acceso es aplicable solo a un 24 % de los empleados.
La agilidad y la velocidad dependen de controles y mediciones consolidados, exactos y oportunos. Las empresas tienen que saber cuanto antes si un nuevo producto o servicio está teniendo éxito, en cuyo caso, podría requerir inversiones adicionales de finanzas y talento, o no, lo que indicaría que tal vez fuera necesario reducir o reasignar las finanzas y el talento asociados, así como cambiar o suspender el producto o servicio. También se podrían necesitar métricas nuevas para complementar las métricas financieras tradicionales y poder así entender el impacto de las estrategias digitales en la empresa.
Nuestro estudio demuestra que las empresas admiten no tener implantados los marcos de evaluación adecuados para el nuevo entorno de trabajo digital. De hecho, solo un 25 % de los encuestados cree que su empresa ha progresado considerablemente en el establecimiento de métricas para calcular el incremento de los ingresos digitales. Esto es crucial, ya que el estudio descubrió que, en el caso de inversiones fallidas, una acción rápida conlleva más beneficios. La mayoría de las empresas que prevén un incremento de los ingresos digitales superior a un 50 % en los próximos tres años (un 77 % de los encuestados) afirman unánimemente que su empresa actúa con rapidez ante inversiones fallidas en nuevas tecnologías.
Este artículo, escrito por Steve Dunne, apareció originalmente en inglés en el blog de Workday. Pensamos que también sería de interés para los lectores hispanohablantes, por lo que lo ofrecemos traducido a continuación.